Tuesday, February 24, 2009
un largo camino.
En aquellos años donde tenía que ir diariamente al colegio, aunque lo disfrutaba y han quedado muy buenos recuerdos, realmente me quejaba mucho de tener que hacerlo.
Hubiera preferido un millón de veces quedarme ahí tirada en mi cama calentita, con todo y que las cosas eran tan fáciles para mi:
vivía a tan solo 10 mins caminando del colegio.
Me levantaba a las 7.40, baño rápido, literalmente me tiraba el uniforme encima y mi padre ya estaba montado en el carro para en 5 mins dejarme en el colegio.
-Y aún así me quejaba- Que porqué tan temprano... que porqué había que coger tantas clases que no iba a necesitar nunca!
Al llegar aquí (Santa María del Batey), mi primera pregunta fue :
¿Durante qué tiempo tienen que caminar los niños para llegar al colegio?
y me respondieron que así coo algunos solo caminan 10 mins, muchisimos otros tienen que caminar durante más de una hora, y estar en la escuela entre 7.30 a 8.00 am.
(ya se pueden imaginar mis ojos desorbitados al escuchar esta respuesta :| )
MAS DE UNA HORAAAAAAA?! NIñOS ENTRE 2 y 8 AÑOS! (y por supuesto más edades).
Eso significa que mínimo tienen que levantarse entre 5.30 y 6.00 de la mañana.
Y lo que más me sorprendió de todo esto, es haberlos visto el lunes, como iban tan felices camino a la escuela, la alta asistencia que tiene: les encanta ir a la escuela!
Tienen ansias de aprender, de ver a sus amiguitos, también les dan desayuno, comida y merienda, que talvez en sus casas no tengan. Pero no dejaba de preguntarme: en realidad, ¿Qué los motiva tanto a venir ?
A caminar (muchas veces descalzos) durante más de una hora, por un camino de lodo en el que cualquier jeepeta se enchiva en más de un pedazo (créanme, tenemos experiencia en eso) para durar de 7.30-8.00 de la mañana hasta las 4.00 de la tarde en una escuela, y entonces volver a repetir el procedimiento anteriormente descrito para regresar a sus casas (una y otra vez durante 5 dias a la semana)
-Yo creo que yo hubiera desistido-
Pero ayer mismo la pregunta que tenía varios días martillando mi cabeza, fue contestada, cuando Sandra y Yoni, dos niños de origen haitiano, de 4to y 2ndo de primaria, que son vecinos, nos invitaron a sus casas. ¿Cómo decir que no a esas caritas? y sobre todo a esa picardía que los caracterizaba, pues se hicieron notar entre los demás. Y los demás, al ver que estos habían conseguido que los llevaramos en una bola hasta sus casas, solo le voceaban entre risas (y en "haitiano" como ellos dicen) : "ustedes son unos salíos!"
-No me lo perdería por nada-
Ese día, luego de venir a la casa y descansar un poco, fuimos a casa de Sandra "donde estaba la enrramá"
Era una casa hecha de zinc, aunque tenía el piso de cemento, y rodeada por otras 3 casas en medio de la nada, solo tierra y caña.
Afuera nos encontramos con Yoni,que tenía verguenza y estaba ahí con unos muchachos mucho más grandes. Tuvimos que esperar un rato por Sandra que estaba "poniendose linda"
y estaba más que emocionada de que estuvieramos ahí.
Salió super feliz, me dijo que mirara que linda su ropa! y nos invitó a pasar, con la cortesía que le falta a la mitad de la población en la ciudad. Y tal como ella nos indicó, entramos al espacio más minúsculo que ustedes se puedan imaginar en el que quepan un comedor, una nevera y un televisor; nos sacó las sillas del comedor y las limpió felizmente con un trapito para que nos sentáramos y fue cuando pude ver que su ropa más linda, tenía un gran agujero, del tamaño de una naranja, en la espalda. (ya empezaba a partírseme el corazón por esa niña)
Hablamos mucho, de la escuela, de los juegos, de las tareas, nos presentó a sus 2 hermanas y 3 hermanos (que duermen todos en el mismo lugar) y a su madre de tan solo 31 años. Trató entusiasta junto con Yoni, de enseñarnos algunas palabras en creole (aunque ellos prefieren llamarle "haitiano"), jugamos mucho, y los juegos siguen siendo los mismos : el sum sum , el gallo, la vaca. Y luego llegó la hora de inos, que no se quedó sin la invitación de volver al otro dia. Y la preocupación demostrada de que no nos olvidaramos de ellos y los siguieramos visitando auqnue sea un día en otros meses.
Entonces, dirán ustedes, ¿Qué tiene que ver todo esto con la respuesta que estabas buscando ?
Pero la respusta es realmente obvia: ¿Quién no querría salir de su realidad, si su realidad fuera está?
Para ellos, la escuela es un escape, un cuento, un sueño donde no tienen que estar el uno sobre el otro apiñados, que pueden correr, expresarse sin tener un radio a todo volumen, hay grama, hay flores, hay mil cosas que ver y aprender ¿Quién no querría todo eso teniendo una realidad tan dura y llena de tierra donde el único futuro que tienen es reproducirse y cortar caña?
¿Qué más da caminar una hora, si al final tendré un día lleno de experiencias y que me da esperanzas de un futuro mejor?
Talvez nos queda aprender de estos niños a valorar las cosas y facilidades que tenemos y dejar de quejarnos... simplemente caminar hacia las cosas que nos hacen felices, aunque el camino sea difícil y largo.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
2 comments:
Bellísimo Jen.Me alegro por tí.
Maravillosa experiencia!!!!!!!!!!
Que buena experiencia para aprender a apreciar y disfrutar lo que tenemos, seria bueno llevar a los niños y a un par de adultos que se viven quejando!
Post a Comment